miércoles, 27 de octubre de 2010

Yo no sirvo para esto

Me lance al vació aferrado a tu sostén, corte la lengua del mudo que
intento gritar cuanto es lo que yo te quiero
no me caben en las manos
tus sueños ni el pasado
llevo en el pecho el aroma de tu sexo
la música de tus ojos
es canto nuevo y ardiente
resuena en mis entrañas lo lindo del amanecer
seduces con encanto la apatía del ser
encuentras donde no hay nada
la manera de levantar un mundo
no me canso de repetir que la poesía
deja de serlo en tu cintura
que la boca perfora el alma
y que de tus pestañas cuelga la imagen predilecta
de lo que tu y yo llamamos amor.



Salud por el disturbio querida mía

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